En mi nublada existencia y gélida soledad que me cala hasta los huesos hoy, entre mis tareas que a duras pena ejecuto, halle una gragea sobre el piano, una dulce gragea que quedó de ayer.
Ese pequeño punto rosado, esa gragea me arrancó una sonrisa espontánea, dulce y cálida como pocas veces me nace.
Esa gragea, que parece una tontería me remite a mis dulces sobrinos, que entre travesuras y juegos dejaron mi espacio lleno de grageas por doquier.
Pero, una gragea rebelde se me escapó de la limpieza y creo que el motivo fue divino, porque solo Dios sabe lo que sufro, solo Dios sabe de mi alma desgarrada de pena y casi agónica, y EL como todo lo vé, dejo ese tierno regalo para darme una sonrisa en éste penoso día.
Estos penosos días, que van mas largos de lo esperado.
Dulce infancia, sin maldad y con toda la pureza que hasta a una anémica del alma como yo roba sin permisos una sonrisa desde el corazón.
Me gustaría ser niña de nuevo, mi dulce infancia, mi época dorada.
Morla.
Ese pequeño punto rosado, esa gragea me arrancó una sonrisa espontánea, dulce y cálida como pocas veces me nace.
Esa gragea, que parece una tontería me remite a mis dulces sobrinos, que entre travesuras y juegos dejaron mi espacio lleno de grageas por doquier.
Pero, una gragea rebelde se me escapó de la limpieza y creo que el motivo fue divino, porque solo Dios sabe lo que sufro, solo Dios sabe de mi alma desgarrada de pena y casi agónica, y EL como todo lo vé, dejo ese tierno regalo para darme una sonrisa en éste penoso día.
Estos penosos días, que van mas largos de lo esperado.
Dulce infancia, sin maldad y con toda la pureza que hasta a una anémica del alma como yo roba sin permisos una sonrisa desde el corazón.
Me gustaría ser niña de nuevo, mi dulce infancia, mi época dorada.
Morla.