Anémica del alma.

Necesito saciedad del alma, soy una anémica del alma, desvalida, hambrienta en búsqueda de ese alimento de adentro, el verdadero. Sentimientos buenos, luz, hambre de Dios, hambre de luminarias en mi vida que me llenen de gozo.
Asqueada de tanta oscuridad me hallo, pero a la vez, he desarrollado un exquisito placer en las penumbras, es contradictorio, no puedo dejarla, delicia oscura que invade desde mi paladar hasta la mismísima alma, corrompiéndola más aún, he desarrollado una simbiosis oscura.
Famélica de luz, pero, adicta a la tenebrosa oscuridad. Lucha empedernida.
Soy una adicta a las sombras, el dolor me ha erosionado, el sufrimiento me ha vuelto enajenada, aislada, impredecible.
Escribo volcando mi deleznable pensar, sentir en este espacio que se perderá en mentes tan perturbadas como la mía.
Se perderá en laberínticas mentes como la mía, complejas.
Adicta a la oscuridad, hambrienta y sedienta de luz.
Quiero cegarme de brillo pero no es el momento. No hallo la forma de ingresar al sendero. Lo veo, pero no sé ingresar.
Hallar la forma será mi dulce desafío. Dulce desafío evolutivo.


Morla, la errante del fin de los tiempos.